El reportaje del periodista Matías Sánchez aparecido en “El Mercurio” el Sábado 20 de Junio del presente año, nos reveló la cara más dura de la inmigración: una historia de esfuerzo y trabajo de la que mucho sabemos quienes nos sentimos orgullosos de nuestros antiguos inmigrantes.
José Peiteado, técnico electricista y su pareja son venezolanos y expresan lo triste y difícil que fue para ellos alejarse de sus padres a quienes ayudan cada vez que pueden pero sabían que en su país no tenían oportunidades.
En Chile, manifiestan que quieren trabajar en paz, validar sus títulos, aprender inglés y crecer.
Hace poco tiempo cumplieron un año en el departamento de 28 m2 que arriendan ubicado en un “gueto” vertical (Estación Central) apretados y con temor a contraer el virus en los pasillos porque para subsistir se ven obligados a vender productos y alimentos entre ellos.
En el caso de José y su pareja, además de soportar el frío y la falta de alimentos tienen que enfrentar el drama de no poder mantenerlos por falta de un refrigerador.
Con la mano en el corazón y apelando a la solidaridad hispánica, nuestra Fundación les ha entregado un calefactor y un refrigerador para que puedan llevar una vida digna y trabajar con agrado para superarse.